El lunes 8 de julio, el Gobierno Nacional oficializó la disolución del Instituto Nacional del Cáncer (INC) mediante el Decreto 459/2025, publicado en el Boletín Oficial. Este organismo era el encargado de coordinar las políticas de prevención, diagnóstico y tratamiento del cáncer en Argentina.
Con esta medida, se eliminan los programas de detección temprana del cáncer de mama y del cuello uterino, entre otros. Una decisión que no puede ser entendida como un simple ajuste presupuestario. Es, en realidad, una expresión concreta de violencia ginecológica institucional.
¿Qué programas se desmantelaron?
Desde su creación en 2010, el Instituto Nacional del Cáncer implementó campañas nacionales para:
- Promover el acceso gratuito al Papanicolaou (PAP) y test de VPH (Virus del Papiloma Humano)
- Garantizar mamografías gratuitas a mujeres mayores de 50 años.
- Capacitar a equipos de salud en cuidados paliativos, oncología y prevención.
- Desarrollar registros epidemiológicos y seguimiento de pacientes.
La eliminación del INC implica no solo el cierre administrativo de un organismo clave, sino el vaciamiento de estas políticas públicas.
¿Qué es la violencia ginecológica estructural?
La violencia ginecológica no es solo la que ocurre en un consultorio cuando no se respeta el cuerpo, el consentimiento o la palabra de quien consulta. También es estructural, y se produce cuando el sistema de salud:
- Niega el acceso a la prevención.
- Desatiende enfermedades que afectan principalmente a mujeres y personas con útero.
- Desmantela programas que garantizaban equidad en el acceso a la salud.
En este caso, la eliminación de estos programas vulnera el derecho a la salud de millones de personas, especialmente aquellas en situaciones de mayor vulnerabilidad: mujeres pobres, rurales, sin obra social o con barreras de acceso al sistema de salud.
¿Por qué importa la detección temprana?
El cáncer de cuello uterino es uno de los pocos tipos de cáncer prevenibles casi en su totalidad.
La OPS (Organización Panamericana de la Salud) respalda la idea de que con pruebas de detección y tratamiento adecuados, el cáncer cervicouterino podría eliminarse como problema de salud pública.
En Argentina, según datos del Ministerio de Salud antes del desfinanciamiento:
- Cada año se diagnostican 5.000 casos de cáncer de cuello uterino, y mueren más de 2.000 mujeres.
- El cáncer de mama es la primera causa de muerte oncológica en mujeres, con 6.100 muertes anuales.
Las cifras exactas pueden variar ligeramente según la fuente y el año de referencia.
¿Qué implica este retroceso?
- Más diagnósticos tardíos, cuando la enfermedad ya no tiene cura.
- Mayor desigualdad en el acceso, porque quienes puedan pagar una mamografía o un test de VPH seguirán accediendo.
- Silenciamiento del problema, al desaparecer los registros y campañas de concientización.
La salud no es un gasto: es un derecho
Eliminar estos programas no es neutro. Es una decisión política que pone en riesgo vidas y que refuerza una estructura sanitaria profundamente patriarcal.
Cuando el Estado deja de prevenir, no está siendo eficiente: está siendo violento.
Referencias consultadas:
- Decreto 459/2025 – Boletín Oficial de la República Argentina (8/7/25)
- Instituto Nacional del Cáncer – Argentina.gob.ar
- Organización Panamericana de la Salud – OPS/OMS
- Infobae
- Swissinfo
- El Cactus




